Buenos Aires estira su bandoneón (Rubén Garello)

on sábado, 18 de febrero de 2012
Buenos Aires estira su bandoneón de calles y avenidas, para hacernos oír el inquietante ritmo de su gente. El misterioso grito de sus duendes. El gigantesco tango que la habita...
Como un mágico vino, el tango sacude el aletargado mundo de nuestras más íntimas vivencias. Vuelve a descubrirnos el universo aquel que creíamos olvidado. Enciende, de pronto, el sol oculto de un amor que había pasado.
La música del tango, nos desliza por el tiempo... afilando el hechizo de sus notas en los atardeceres de Barracas ó Palermo. Bostezando su aturdida ginebra en el lento amanecer de La Boca. Ambulando por la larga noche de San Telmo. Caminando madrugadas... ó insinuando su solitario perfil, en algún rincón marrón de algún café, de la calle Corrientes.

Lejano en su horizonte, el río lleva sombras
Después, la noche silba su mundo de caricias
Se alarga quejumbrosa por las quebradas cuadras
despejadas y oscuras...
Se tiñe de colores y perfiles en negro
De estructuras de hierro y cascos de madera.
Barcazas perezosas de color amarillo
y azul y azul celeste...
Puentes mudos sin sueños...
Veredas que dormitan mil pasos marineros
Y la barriada ancha que respira recuerdos
Con rostros italianos y finuras francesas
El sonido lejano y el sentido cercano
de la voz misteriosa que bosteza algún fueye
Respiración intensa donde está con sus mundos
con sus raros trasmundos, Buenos Aires, entero
Buenos Aires tanguero...
Bandoneón de las noches alargadas del puerto...
Bandoneón de las brumas de este gris riachuelo...


Luna congelada (Mario Benedetti)

on lunes, 9 de enero de 2012
Con esta soledad
alevosa
tranquila
con esta soledad
de sagradas goteras
de lejanos aullidos
de monstruos de silencio
de recuerdos al firme
de luna congelada
de noche para otros
de ojos bien abiertos
con esta soledad
inservible
vacía
se puede algunas veces
entender
el amor.